Buscar empleo en familia
Empezamos la semana dedicada a la familia y el empleo con este interesante artículo de nuestra compañera Mónica Ramírez, técnica del Plan de Empleo de Cruz Roja. Seguro que os gusta.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en nuestro país hay 1.793.600 hogares con todos sus miembros activos en paro y más de 700.000 en los que no entra ningún ingreso. Hablamos de hogares en los que antes de la crisis contaban con una situación normalizada, pero la pérdida del empleo de todos los miembros de la familia ha situado en riesgo de vulnerabilidad por la imposibilidad de afrontar los gastos más básicos.
Desde Plan de Empleo de Cruz Roja iniciamos nuestro proyecto “En familia” en 2009, con el objetivo de dar una respuesta específica a familias con todos sus miembros en desempleo o con baja intensidad laboral. En 2014 el proyecto se desarrolla en 20 provincias gracias a la financiación propia de Cruz Roja, a la colaboración de empresas como Land Rover o Bankia, así como del Fondo Social Europeo.
En el proyecto participan familias cuya situación se ha visto agravada en los últimos años, en muchas ocasiones por una situación de desempleo prolongada de los progenitores quienes, en estos momentos, cuentan con escasas posibilidades de acceder a un empleo. Las familias proceden de entornos culturales diversos y, por tanto, presentan estructuras familiares muy diferentes. Esta es una de las variables muy importantes del enfoque: es necesario conocer bien los diferentes valores culturales y su influencia a la hora de relacionarse, organizarse, de establecer expectativas. La multiculturalidad conlleva también una amplia diversidad en cómo se asignan los roles a los distintos miembros de la familia, es una de las bases fundamentales de nuestra intervención.
En líneas generales, en el proyecto participan familias en las que la imposibilidad de cubrir sus necesidades básicas ha afectado a múltiples esferas de la vida familiar. Se han visto obligadas a cambiar significativamente sus hábitos de vida, y esto genera tensiones importantes: se pierde la comunicación dentro de la familia, aparecen la desmotivación e inestabilidad emocional (individualismo, ruptura de vínculos y alianzas, aislamiento…), desafiliación laboral e incluso social, abandono de ocio familiar, déficit de corresponsabilidad (reparto de las tareas y responsabilidades familiares). Todo ello genera conflictividad familiar y en general, mayores dificultades de cara al empleo y a la mejora de la empleabilidad de las mujeres.
El proyecto trabaja conjuntamente con todos los miembros de la unidad familiar, fomentando la ayuda mutua, la solidaridad familiar intergeneracional y la búsqueda de soluciones de manera corresponsable. Se profundiza en todos los posibles recursos de los que la familia puede disponer; también en los valores que rigen la relación familiar: redes de apoyo establecidas, saberes compartidos, alianzas, coaliciones, prioridades y valor que cada miembro de la unidad familiar concede al trabajo. Gracias al trabajo integral se detectan problemáticas y necesidades que de manera individualiza tardarían más tiempo en aflorar.
El principal beneficio de trabajar con las familias en su conjunto es que nos permite analizar cómo las relaciones y la propia organización de la familia, influye en cada una de las decisiones y expectativas futuras de cada uno de sus miembros. Cuando se trabaja con las personas de forma aislada es frecuente que los árboles nos impidan ver el bosque. Por ejemplo saber si la persona tiene un entorno facilitador o limitante para buscar empleo condiciona como se debe intervenir, qué contenidos se tienen que abordar y con quien. Cuando se trabaja con familias se amplía la visión de la persona, se ve la foto de lo que está detrás y cómo esto influye en la toma de sus decisiones, en sus comportamientos, en su disponibilidad e implicación en proceso de búsqueda activa de empleo.
Uno de nuestros objetivos es mejorar la colaboración entre los miembros como un propio equipo de trabajo que persigue un objetivo común: “Que la persona más empleable encuentre un trabajo” para así mejorar la situación socioeconómica de la familia seguir trabajando por la mejora de la empleabilidad de cada uno de ellos. Se trata de un tema de apoyo mutuo y corresponsabilidad familiar.
En 2014, más de 700 familias y 1500 personas participaron en este proyecto. Una de cada tres personas mejoró sus competencias profesionales, aumentando así las posibilidades de acceder a un empleo, y en 378 familias, al menos uno de sus miembros accedió a un empleo.
Mónica Ramírez López
Técnica de Empleo del Plan de Empleo de Cruz Roja