Carmen Posadas

Naciste y viviste en Uruguay hasta los 12 años, y de ahí a Madrid, Buenos Aires y Londres ¿qué recuerdos tienes de aquellas migraciones?
De Uruguay recuerdo por ejemplo la llegada de niños españoles solos que con 15 ó 16 años se iban a hacer “Las Américas”. Era increíble verlos, tan jóvenes y a la vez tan animosos.

¿Estamos hablando con una ciudadana del mundo?
La expresión ciudadana del mundo no me gusta mucho. Prefiero ciudadano de ida y vuelta. Como las canciones, como los boleros o las habaneras!

¿Qué opinión te merecen los estereotipos hacia las personas por razones de origen? ¿Por qué crees que se producen?
El forastero siempre despierta recelos. Es humano que así sea, siempre ha ocurrido, desde la noche de los tiempos. Ahora, en el siglo XXI deberíamos ir un poco más allá en esos viejos prejuicios. Saber que la diversidad enriquece

¿Has sufrido, en alguno de tus destinos temporales, algún tipo de discriminación por ser de origen latinoamericano?
Sí, siempre hay algún gracioso. Además yo tengo una cara muy “sudaca”. Pero estoy muy orgullosa de ella!

¿Crees que la literatura puede contribuir a sensibilizar hacia la integración social de colectivos en riesgo de exclusión social por cuestiones de origen?
Por supuesto. La cultura es el mejor antídoto contra los prejuicios. El boom latinoamericano ha hecho más por la integración que muchas campañas publicitarias. Pero, para mi, lo que más está haciendo por la integración es el fenómeno de la adopción. Tantas familias han adoptado niños latinoamericanos, chinos, rusos que en unos años eso se notará ¡Y para bien!