Alia Chahin, experta en inclusión social y no-discriminación
Alia lleva desde enero colaborando en el blog ¿Y por qué no? Estudió derecho en Barcelona, pero ha tenido una carrera profesional muy variada: 2 años trabajando en desarrollo comunitario en Londres, 3 años en la Fundación Luis Vives gestionando proyectos de inclusión social, no discriminación y participación ciudadana, y más recientemente en el Consejo para la promoción de la igualdad y la no discriminación por el origen racial o étnico. Ha publicado varias guías sobre cómo reforzar la participación de las ONG de acción social en la Unión Europea editadas por la Fundación Luis Vives y un artículo en la revista “Documentación social” de FOESSA en colaboración con José Manuel Fresno titulado “La discriminación étnica hacia la población inmigrantes: un reto para la cohesión social”.
En los últimos años, vemos que te has especializado en temas relacionados con la igualdad y la no discriminación, ¿Cómo pasaste del querer al ser?
Nunca hay una única razón. Desde pequeña me preocupaba que hubiese gente menos afortunada que yo. Recuerdo que una vez con 11 años celebrábamos el último día de curso en mi colegio de Barcelona. En nuestra clase había un chico marroquí y uno de mis compañeros siempre se burlaba de él. A mí me daba rabia, pero nunca había dicho nada. Ese día me harté y le defendí, bueno, en realidad le dije que se callara y le tiré una botella de cocacola en la cabeza diciéndole que no se hablaba así a la gente y me fui corriendo… (yo siempre fui pequeñita así que temía las represalias…). Nunca supe nada de mi compañero marroquí porque era su último día de colegio y del otro chico pues tal vez el verano le derritió los humos… Cuando recuerdo esa anécdota me doy cuenta de que siempre me gustó la idea de defender los derechos de las personas más vulnerables porque es frecuente que no conozcan sus derechos, no sepan cómo hacerlos valer o piensen que no merece la pena. Quizás por eso estudié derecho. Hace dos años me propusieron poner en marcha el Consejo y desde luego no lo pensé dos veces.
Tras más de dos años centrada la promoción de la igualdad y no discriminación por origen racial o étnico, ¿cómo ves a España en temas de discriminación? Comparándonos con el resto de Europa, ¿qué es lo que más hechas en falta en las políticas de igualdad españolas?
Esta es una pregunta difícil de responder porque existen muy pocos datos sobre casos de discriminación. De hecho, hay tan pocos datos que uno podría llegar a pensar que no hay discriminación. Sin embargo, tras más de dos años en el Consejo, no he podido sino confirmar que no sólo hay bastante discriminación sino que cada vez es más frecuente y socialmente más aceptada.
Hay que tener en cuenta que en España, el derecho a la igualdad es uno de los derechos fundamentales menos desarrollados. Hay quienes defienden que al ser un derecho fundamental constitucional no es necesario profundizar en la normativa o diseñar políticas de igualdad; sin embargo, hay que tener muy presente que no es lo mismo hablar de igualdad que de igualdad de trato o igualdad de oportunidades. Es posible que a nivel legal, las personas gocen de altos grados de igualdad, pero más allá de las leyes, la situación deja mucho que desear. Las personas no somos iguales, somos muy diferentes; de hecho, en muchas ocasiones hay ciertos grupos que parten de una desigualdad tan grande que es difícil poder decir que en España las personas son iguales. Por eso son muy importantes las políticas de igualdad de oportunidades porque compensan las desventajas y sitúan a todas las personas en las mismas condiciones de igualdad. Analizando el escenario político a todos los niveles (nacional, autonómico y local), la discriminación por sexo es el motivo de discriminación que realmente ha sido objeto de más desarrollo normativo y de políticas públicas seguido del motivo de discapacidad y de la identidad sexual. Sin embargo, la edad, las creencias o la religión y el origen racial o étnico son los motivos menos atendidos por los parlamentos y los gobiernos.
Respecto al ámbito judicial, son tan pocas las denuncias que prosperan que hay poquísimas sentencias y por lo tanto no es posible hablar de tendencias. En el plano más práctico, lo que puedo decir es que las actitudes discriminatorias en España son mucho más frecuentes de lo que la gente cree, pero nadie está dispuesto a admitirlo ni las personas que discriminan ni las discriminadas; de hecho, una de las conclusiones del último estudio sobre percepción de la discriminación del Consejo muestra cómo cierto grupos étnicos ni siquiera son conscientes de estar siendo discriminados porque están tan acostumbrados a ser discriminados que creen que es algo normal y que cuando son conscientes de ellos prácticamente nunca denuncian porque creen que no servirá de nada.
En comparación con otros países de la UE, hay que reconocer que España es uno de los países más atrasados en lo que a derecho y políticas de igualdad se refiere. Una gran mayoría de países tienen legislaciones bastante avanzadas en este ámbito, especialmente Reino Unido, Francia, Bélgica u Holanda. Bien es cierto que de acuerdo al último Eurobarómetro sobre igualdad y no discriminación, España se caracteriza por ser un país en el que el racismo es comparativamente más bajo que en otros países europeos, aunque hay que tener presente que el estudio del Eurobarómetro mide la autopercepción de la sociedad española. Como diría Fernando Rey, Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid, en España los niveles de racismo inconsciente son altísimos. [ver intervención en: http://www.igualdadynodiscriminacion.org/novedades/novedades/2012/conclusiones_conferencia2011.htm]
Por todas las razones que he expuesto anteriormente creo que en España hace falta:
1) Una Ley de igualdad integral a nivel estatal que regule el marco general complementada por leyes autonómicas.
2) Una Estrategia estatal de igualdad de oportunidades (integral) complementada por estrategias de igualdad de oportunidades autonómicas y locales.
3) Campañas de sensibilización de diferente tipo: enfocadas al respeto y aplicabilidad de los derechos, pero también enfocadas a poner el valor la diversidad y sus beneficios.
¿Qué opinas del uso del humor para luchar contra estereotipos y prejuicios tal y como ha hecho Cruz Roja Empleo en su campaña “En realidad no tiene gracia”?
Creo que son campañas muy efectivas porque no son “acusatorias”. Las campañas del tipo “discriminar es malo” o “si discriminas, pagarás” no creo que sean efectivas en este momento porque no conseguirán el objetivo de empatizar con las personas. Hay que entender que cuando las personas no somos conscientes de que estamos discriminando, podemos pensar que las campañas no van dirigidas a nosotros. En cambio, campañas que utilizan el humor de situación tienen más posibilidades de franquear ese muro y pueden conseguir hacernos reflexionar (creo que algún día pensé eso, dije algo así o traté así a alguien). En esta línea aunque menos humorística me gusta el video del órgano de igualdad mexicano “Racismo en Mexico” sobre todo porque te hace reflexionar y eso puede llevarte a romper ciertos prejuicios.
¿Cuál es el mejor recuerdo que guardas de todos estos años?
Bueno, en realidad es un recuerdo y a la vez un objetivo. Hace un año y medio participé en un curso de sensibilización sobre igualdad y no discriminación. La dinamizadora del evento utilizó dinámicas muy interesante y divertidas para romper prejuicios. Al final del evento nos dio un tarjetón y nos pidió que escribiéramos un compromiso por la igualdad. Nunca antes nadie me lo había preguntado así que me comprometí a no callarme ante una discriminación y así lo he hecho, especialmente cuando alguien en mi entorno empieza una frase con “yo no soy racista, pero…”. Por lo menos intento replicar. Quizás esto no cambie nada pero por lo menos escuchan otra visión de alguien cercano y quizás 1 de 10 cambiará su opinión y entonces… ¡habrá una persona menos que sensibilizar! Desde aquí aprovecho para pediros lo mismo que nos pidió la dinamizadora: ¿qué compromiso por la igualdad vas a elegir para el próximo año?