¿Empleo para la integración o integración para el empleo?
Hoy en día el desempleo es uno de los factores de exclusión social, y el acceso a él constituye una de las principales puertas hacia la integración así como uno de los derechos fundamentales que toda persona tiene.
Un empleo es mucho más que un medio para obtener ingresos; es la manera que tenemos la mayoría de las personas de conseguir nuestra propia autonomía.
Son muchas las personas cuyas vidas se ven afectadas en una situación de crisis socioeconómica. Sin embargo conviene no olvidar que, con mucha frecuencia, son precisamente las personas en situación de dificultad social quienes, en líneas generales, sufren con mayor intensidad estos procesos, y esto aumenta su riesgo de exclusión social.
En este sentido desde hace más de diez años Cruz Roja, a través de su Plan de Empleo para colectivos vulnerables, promueve la inserción laboral de los ciudadanos y ciudadanas con más dificultades para participar en el mercado laboral, y de esta forma facilitar su inclusión social. Un objetivo que no es posible alcanzar trabajando, exclusivamente, con las personas para mejorar sus capacidades y posibilidades de acceder a un empleo. Es necesario implicar a las empresas y con la sociedad en su conjunto para ir reduciendo las barreras a las que muchas personas han de enfrentarse cada día y que tienen que ver con su sexo, origen, edad…
Con frecuencia, estas barreras tienen forma de estereotipos, prejuicios, minusvaloración social o un discurso social negativo. Mientras se mantengan en pie la igualdad de oportunidades y de trato en el ámbito laboral no serán una realidad.